La revolución del arte moderno y el moderno arte de la revolución. Sección Inglesa de la Internacional Situacionista.
La historia empieza más o menos así.
1945. Europa está fatal: las ciudades en ruinas, la población mermada y deprimada, las arcas públicas vacías. Estados Unidos, gran justiciero y defensor de la libertad -ya apuntaba maneras- empieza a forrarse con la economía de guerra y la creación de un mercado de bienes de consumo que, gracias a las ayudas del Plan Marshall , contamina poco a poco a Europa. A los menos empobrecidos primero, a todos después.
En el mundo del arte, el final de la segunda guerra mundial marca también un punto de inflexión. Los artistas e intelectuales se han ido a vivir a Mexico o a Nueva York. Los americanos se inventan el Expresionismo Abstracto y el Pop Art (que no deja de ser la versión popular del nouveau réalisme francés). Europa se queda huérfana de inteligentsia. Y claro, la clase intelectual francesa está super enfadada.
Guy Debord entiende bien el sentir de los tiempos y escribe su inestimable "Sociedad del Espectáculo" , un librito breve y furioso que refleja a la perfección lo que muchos empezaban a sentir pero no conseguían expresar: la desiadia, la desorientación, la pérdida de referentes, la crisis del discurso y la conversión del espíritu revolucionario en un simple consumo de fetiches políticos espectaculares. Lo bautizan situacionismo y sí, como dicen, sigue siendo la mayor empresa de negación creadora del siglo xx. Y de momento del XXI porque es más actual que nunca.
Pero el situacionismo, descubrimos en este libro cuya segunda edición publica ahora la editorial Pepitas (o algo así), también tuvo una versión inglesa: La revolución del arte moderno y el moderno arte de la revolución. Sección Inglesa de la Internacional Situacionista.
[...] El arte tiene un papel específico que desempeñar en el espectáculo. En cuanto deja de responder a necesidad real alguna, la producción sólo puede justificarse en términos puramente estéticos. La obra de arte —el producto completamente gratuito cuya coherencia es puramente formal— proporciona en la actualidad la ideología de la pura contemplación más poderosa posible. Como tal, es la mercancía por excelencia. Una vida que carece de todo sentido al margen de la autocontemplación de su suspensión en el vacío halla su expresión en el gadget: un producto permanentemente anticuado cuyo único interés y utilidad residen en su abstracta ingeniosidad técnico-artística y en el estatus que confiere a aquellos que consumen su última reedición. A medida que pierda cualquier otra razón de ser, la producción en su conjunto se volverá cada vez más «artística». [...]
Este documento, que permaneció inédito durante más de un cuarto de siglo debido a la expulsión de sus autores de la I.S. en diciembre del 67, da cuenta de los momentos sobresalientes de la crisis del arte moderno a la vez que expone los puntos centrales de la crítica situacionista en la materia. Su sabor «de época» y su óptica angloamericana confieren a su enfrentamiento con la «cultura pop» —mucho más discreta y elitista en la Francia de entonces— un estilo más concreto y «popular» que el de la crítica situacionista francesa. Especial mérito tiene su inmisericorde forma de desbaratar y desmontar la inflación de pseudonovedades, mamarrachadas en serie y estrategias artístico-policiales originadas en la década de los sesenta. Como contrapartida, no está exento de cierta abstracción lírica y optimismo precipitado en relación con fenómenos como el nuevo lumpen, la delincuencia juvenil o los motines de Mods, Rockers, Hell’s Angels y demás fauna urbana, que poco tardarían en convertirse no tanto en desafíos al orden existente como en formas especializadas de acomodarse a él.
Además este libro, traducido por Federico Corriente, contiene los ensayos Guy Debord y el problema del maldito, de Asger Jorn, y Por qué el arte no puede acabar con la Internacional Situacionista de T. J. Clark y Donald Nicholson-Smith, a modo de inmejorables vacunas contra las enfermedades que inoculan artistillas y politiqueros de todos los pelajes.
«Este libro, en su brevedad, es una magnífica puerta al conocimiento de la I.S., sin historiadores ni recuperadores que nublen la comprensión de la que fue la mayor empresa de negación creadora del siglo xx».
Monolo Ezcobar
8 comentarios
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soy una/o de las miembros de ctrl-i, también de miles de viviendas y la Universdidad Pirata. Encontré tu blog medio por casualidad hace un tiempo aunque sabía de la existencia de procesos relacionados... Después de un tiempo de desconexión y deriva y selfdestruction, tras el doble desalojo y derribo de la casa parece que la cosa, o sea, la vida, se adapta de nuevo a las corrientes biovirtuales de nuestra realidad -presente agujereado pero regalado al fin-
Nada, decirte que me parece muy bueno este espacio, que veo con gusto que prolifera como los virus en la sangre de las corrientes deseantes, que quiero saber más, que más es una potencia y el saber un poder, que me alegro de que existas y resistas, y... sí, sí, ya sé, esto es más un mail que un comentario pero no sé si es mi patosidad natural o la de no haber dormido que no lo encontraba... y aprovecho.
Gracias por el link a Situacionismo y sus derivas paradójicas, sólo, que, hoy se mencionan mucho pero lo que es leerlos, no sé si se les lee tanto... lo mejor es leerlos leerlos como muerdes el cuchillo cuando te dispones a la fuga que sobrevive al sabotage, leerlos como cuchillas, leerlos como cortafríos, como catapultas, como palancas... Como a Bataille, o a Lacan o Lautreamont, a Bifo, Deleuze, Spinoza, Benjamin, Maquiavelo o Heródoto... Además de todas aquellas que aparecen citadas por aquí...
El contacto era para decirte que he incluido tu link en mi blog...
entre la nueva hermandad de la costa (reedición virtual y naciente de la vieja alianza de las espumadoras del océano, de los pirátas filósofos, de los piratas de la edad de oro, que los historiadores bienpensantes insisten en calificar de criminales... pero la cuestión social es diferente de la cuestión criminal, Los piratas de la edad de oro no nos interesan como criminales -que los había ,claro, como en las mejores "familias": el Papado, la Inquisición, el colonialismo, la trata de esclavos, la usura estatal, la avaricia de la patronal, los errores de los bolcheviques, la pedantería académica, etc-
Nos interesan los piratas como práctica colectiva, por ser una forma de acción colectiva autónoma e insumisa, por su lucha contra el mundo entero, por sus instituciones igualitarias, por su anhelo de apostar la vida en procesos de liberación, por la pasión por compartir...)
si te parece linkame también emtre tus listados... Nosotras hemos seguido la línea de investigación teórico-práctica
del Instinto Prekario a partir de Ctrl-i... Vinculada a la de las prácticas piratas conjurada en miles de viviendas (¿te suena aquello de "miles de prácticas piratas / barren metrópolis oaceánicas"?)
Actualmente estamos refundando la universidad pirata, iniciando la gira planetaria del tarot del presente porvenir (verás link e invitación en último post del blog) realizando un segundo semninario de investigación en la UP: este año sobre sobre la seguridad... como nuevo modelo o paradigma en la gestión del espacio público y social, el "giro a la derecha"...
Ahora que he retomado la conexión estable,el blog, carenado el bergantín, y que trabajo para tensarlos como una máquina de ballesta que atraviese el acero de la indiferncia y atraiga el flujo de la dilatación arterial, reecontrarte me está dando mucho gusto.
un placer
barbarroja
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